El estilo Braza, también llamado "pecho", al igual que el crol, es un estilo muy natural y puede que el primer estilo de la historia de la natación. Se cree que nace de la imitación del nado de algunos anfibios por el movimiento simultáneo de las extremidades. Se ha usado desde tiempos remotos para el rescate de víctimas, ya que permite el contacto visual con los bañistas en peligro si se mantiene la cabeza fuera, sin que el socorrista consuma energía en exceso.
La evolución en este estilo ha sido constante para llegar hasta la braza moderna. Las sucesivas modificaciones han buscado repartir los esfuerzos propulsivos y mejorar su eficacia, así como adaptar el cuerpo a posiciones más hidrodinámicas.
Las necesidades específicas innatas (rotación externa de rodilla) y el nivel de coordinación de los movimientos, hacen de la braza uno de los estilos más espectaculares y difíciles de nadar; además requiere una gran forma física pese a ser el estilo más lento, pues se ejecuta con movimientos explosivos.
En la primera viñeta (vista lateral y aérea) el nadador parte de una posición hidrodinámica que pretende alienar hombro-cadera-rodilla para ofrecer la mínima resistencia frontal.
El cuerpo se encuentra sumergido a pocos centímetros de la superficie. Las manos, a través del grado de inclinación dirigen el avance subacuático del cuerpo.
En la segunda ilustración podemos observar cómo el nadador comienza la fase de propulsión de la brazada coordinado su inicio con la maniobra de la respiración.
Las manos trazan un arco desde la posición hidrodinámica inicial sin rebasar la línea transversal que une imaginariamente los hombros. En este momento la cabeza emerge y las piernas todavía no han iniciado el recobro.
En la tercera viñeta los brazos cambian su trayectoria (de "hacia atrás" a "hacia abajo") sin sumergirse demasiado, para realizar un movimiento de sustentación, se ayuda de la flexión lumbar para elevar el cuerpo a la máxima altura. Las piernas inician el recobro flexionando las rodillas. Estamos en el momento de mayor resistencia frontal al avance, pero a su vez, se acumula la energía suficiente para vencer dicha resistencia.
El final de la fase propulsiva de la brazada ha de ser explosivo para lanzar el recobro y el cuerpo hacia delante a la mayor velocidad posible.
El recobro de la brazada se realiza por dentro del agua buscando la menor resistencia posible, siendo asistido por un golpe de riñón que colocará a la mitad superior del cuerpo en posición hidrodinámica, preparado para aprovechar al máximo el esfuerzo propulsivo de la patada.
En esta fase las piernas se encuentran en la máxima tensión gracias a la flexión y rotación externa de las rodillas, además los tobillos se encuentran flexionados a 90º y los pies orientados hacia el exterior.
Esta tensión prepara las piernas, como si de un muelle se tratara, para liberar la máxima energía posible en un movimiento simultáneo de extensión y rotación interna similar a una doble hélice de un barco.
CONCEPTOS IMPORTANTES:
- La cabeza se mantiene mirando al frente, hay que olvidarse de los "cabezazos" de antaño, ya que provocan fatiga y no aportan nada
- Las manos estarán siempre sumergidas y dentro de nuestro campo de visión (si rebasan la línea de los hombros o se hunden demasiado salen del campo de visión y generan mayor resistencia al avance).
- El cuerpo realiza un movimiento ondulatorio global más pronunciado que en el estilo Mariposa.
- La patada se realiza sin separar demasiado las rodillas para mejorar su eficacia y evitar lesiones, pues si separamos demasiado las rodillas el movimiento es poco propulsivo y sobre-cargamos los abductores.